La miopía es una de las anomalías oftalmológicas más frecuentes. Detectarla a tiempo siempre es sinónimo de conseguir frenar su avance y de garantizar la capacidad visual del paciente. A continuación, desde nuestra óptica online te ofrecemos diversos consejos para que te resulte más sencillo detectar su aparición.
Cómo saber si mi hijo o hija tiene miopía
Detectar la miopía, afortunadamente, es fácil, ya que, por lo general, provoca una serie de síntomas que terminan por afectar a la vida diaria del niño o de la niña. Los más habituales son los siguientes:
- Cefalea. Es producida por los vanos intentos del ojo de enfocar correctamente. Generalmente, se origina en la zona frontal.
- Problemas de orientación. Son fácilmente comprobables en un centro comercial o dando un paseo por la calle. Si le preguntas al niño cómo llegar a un punto determinado es posible que no sepa responder debido a su falta de visión.
- Incapacidad para ver de lejos. Señalar un punto lejano y pedirle que lo describa es otra de las pruebas más eficaces para saber si el niño o la niña padece miopía.
- Un acercamiento excesivo a los objetos. También es posible apreciar que se sienta demasiado cerca de la televisión o que se acerca a los ojos lo que quiere leer.
- Gestos. Estrechar los ojos o estirar el cuello para tratar de ver mejor son dos síntomas inequívocos.
- Bajada del rendimiento escolar. Las malas calificaciones sin motivo aparente pueden ser la consecuencia de una miopía no tratada a tiempo.
- Picor o enrojecimiento de los ojos. El primero es consecuencia directa del esfuerzo que hace el ojo para enfocar. El segundo proviene de frotarse los ojos para intentar ver algo mejor.
- El factor hereditario. Si los padres tienen miopía, es más que probable que sus hijos también la desarrollen.
Miopía en niños y adolescentes
La estadística no deja lugar a dudas, el crecimiento de casos de miopía en niños y adolescentes ha sido exponencial llegando ya a afectar al 60 % de los menores de 18 años. Los denominados como nativos digitales se pasan horas al cabo del día mirando a la pantalla de su teléfono móvil, tableta u ordenador.
Esta práctica genera mayor sequedad ocular y la pérdida progresiva de visión. De no tratarse, es posible llegar a padece miopía magna (más de ocho dioptrías) lo que desemboca en la aparición de otras dolencias, como el desprendimiento de retina, la distrofia o el glaucoma.
Diagnóstico
Para certificar que se trata de la anomalía que venimos describiendo y no de otra con la que comparte síntomas (como la hipermetropia), es esencial que acudas a una óptica. En la misma te realizarán pruebas de agudeza visual y analizarán la forma interna de tu ojo para confirmar el diagnóstico.
Las nuevas tecnologías permiten obtener un resultado mucho más exacto que facilita al profesional determinar la solución más eficiente para el problema.
Tratamiento
El tratamiento de la miopía ha dejado de limitarse al uso de gafas o de lentes de contacto. La ortoqueratología, una intervención quirúrgica que elimina esta dolencia fácilmente, estuvo muy de moda durante un tiempo. Sin embargo, los últimos estudios confirman que su nivel de protección del ojo es escaso, por lo que no previene la aparición de otras patologías derivadas de la que desaparece tras la cirugía.
Por suerte, la creación de lentes de ortoqueratología logra frenar el avance de la miopía en un 45 % de los casos. Lo que se persigue es que cuando el niño sea adulto no sufra una excesiva pérdida de visión.
En la adolescencia, es habitual apostar por algunas soluciones prácticas que eviten el uso de gafas por motivos relacionados con los posibles complejos que pudiera desarrollar el joven. El oftalmólogo será siempre el encargado de hallar la solución más eficiente para cada caso.
Igualmente, al método elegido es habitual que el óptico recomiende una serie de medidas destinadas a conservar la capacidad visual del niño. Entre otros consejos, merecen tu atención los siguientes:
- Limitar el uso de dispositivos electrónicos.
- Aumentar la práctica de actividades al aire libre.
- Asistir a revisiones oftalmológicas periódicas.
La falta de tratamiento está totalmente desaconsejada teniendo en cuenta las imprevistas consecuencias que puede comportar. Por esta razón, la visita a una óptica constituye una medida de prevención idónea que puede convertirse en el primer paso hacia el diagnóstico y hacia la recuperación.
Como ves, estudiar detenidamente el comportamiento del niño o adolescente puede ofrecer las pistas más certeras para deducir que padece miopía. Todo sea por lograr salvaguardar su salud ocular durante más tiempo.
Esperamos haber aclarado cuáles son las características principales de la miopía y por qué detectarla a tiempo sigue siendo imprescindible para garantizar la agudeza visual de los afectados. Solo así es posible lograr que sigan con sus estudios y con su rutina habitual sin ningún tipo de impedimento.